Ab-zurdo #96
Ab-zurdo #96
Bobby era un chico muy extraño que siempre hablaba a gritos. Gritos tremendos, forzados, altivos y cínicos. Como si estuviera en una podrida escuela militar y quisiera impresionar a alguien. Pero su vida no era un full metal jacket, sino una apacible vida campirana, con unos corderitos como padres, y un hermano de envidiable estupidez.
- MALDITA SEA, IMBÉCILES, ¡¡¿¿DÓNDE DIABLOS PUSIERON MI FRANELA ROJA, PINCHE COÑO??!!!
Y siempre respondía alguien con disculpas pusilánimes.
Un día, Bobby llegó del billar, sucio y ensangrentado.
- CON UN REJODIDO CARAJO, MISERABLES, ¡¿TODOS ME ODIAN, VERDAD?!!
Y después de una humillante pausa, el estúpido envidiable sonrió:
- Ya van a llegar mis tías.
Bobby esperó medio segundo para responder, mientras se le iba toda la sangre a los ojos.
- ¡¡¡Y A MÍ QUÉ CHINGADOS QUE LLEGUEN TUS PUTAS PINCHES TÍAAAAAS!!!
Y como ustedes, al leer estas líneas, me enamoré de este personaje, así que decidí darle un buen lugar en la literatura. Bobby estranguló con las piernas a sus padres, descuartizó al hermano y se dispuso a esperar entre calambres de ira a las tías. En cuanto llegaron, Tarantino mismo hubiese sudado sangre ante la violencia con que les dio la bienvenida.
Después de ese episodio, no hubo otro hombre más feliz en la tierra. Al cabo del tiempo, Bobby murió de viejo, tieso y sin nadie, pero en su magnífica choza del terror, complacido de haber nacido con la muerte.
FIN
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