Saturday, January 06, 2007

Ab-zurdo #102

Ab-zurdo #102

Elton regresó al bar y el humo de su bebida le empañó los lentes. Alguien llegó y lo tomó de la mano. Ella pidió agua bendita con vodka. Hablaron de todo menos de sus defectos. ¿Cómo era que lo habían dejado así, después de aquel velorio? Si él adoraba los velorios... Cocas y café gratis. ¿Sólo para los familiares y amigos? Naaaahh. Son gratis para todos.

Estoy mezclando hechos, pues el velorio aún no había sido llevado a cabo. Iba a ser esa misma noche. Pero cuando arribó, no había ningún muerto, y nadie lloraba. Estaba una vieja amiga, que por cierto no lo saludó, y esto lo dejó desolado. Observó el cielo con una mirada de pregunta. Y nadie respondió.

Volviendo a lo que ocurrió en el bar, Elton vio que a ella le salió una nívea aureola de ingenuidad y de lo que todos perdemos al llegar a adultos. Aún así él se estiró hasta rodear con sus brazos su cuello de marfil y la besó en los labios. Ninguno de los dos dijo nada, y ella se volvió a la ciudad de las envidias.

Ya sentado en su cama, Elton decidió volver a comer como antes. Se limpió los oídos y comenzó a escuchar de nuevo sus melodías cansadas.

Y le vino la nostalgia de decirle que ahí en su pecho había un vacío y una falta de alguien...

FIN

(para Marisa M.)

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