Sunday, October 08, 2006

Ab-zurdo #97

Ab-zurdo #97

Después de todo, aquella niebla ensordecedora no iba a cegar a los generosos seres de aquel suburbio de algodones.

La dulce Manolita tenía tanto que decir, que a veces pasaba las noches en vela hablándole a su reflejo en el agua del inodoro.

Humphrey era el típico descarado aceitoso. Pero con un corazón de becerro que lo hacía sangrar al ver atropellos.

Noche y día la atmósfera los encontraba intentando meterse el uno en el otro, sin conocerse aún.

Humphrey se inyectaba a diario igual número de shots que la primera cifra que leía en el boleto del metro cada mañana.

Manolita a su vez, se entretenía haciendo operaciones con las cifras del Apocalipsis, y a veces se hacía cortadas en la nuca con un cúter.

Y el día menos pensado, los dos coincidieron en aquel salón de baile. Sincronizados, mirando a todos lados con una sonrisa ridícula, esperando que alguien se fijara en su cuerpo ataviado a la pseudo moda, y con algunos kilos de más.

El espejo fue tan perfecto que dejaron de bailar.

Y se dijeron el uno al otro al mismo tiempo...

FIN

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