Wednesday, May 23, 2007

Ab-zurdo #106

Ab-zurdo #106

Como el sueño eterno de Pao Yu, relatado por Borges en aquel etéreo librito, anoche tuve un sueño de esos sin fin aparente y que automáticamente te refieren a la deuda y a la duda de esta vida sin razón. No consigo recordar ninguno de los diálogos difusos, pero sí el argumento plagado de hoyos en el script.

Y va más o menos así: El Güero, con sus eternos aires de sabelotodo me hacía ver cuán equivocado estaba acerca de no sé qué cosa. Para chingármelo, yo le dije, sin perder la compostura por supuesto, que qué bueno que los Beatles habían sustituído al baterista en 1962, convencido totalmente que había sido el Güero y no Pete Best el agraviado en cuestión. Qué bonita imagen (soy el crítico), pensé para mí mismo, excelente escenografía y el Güero tan bien maquillado.

Este cuento lo soñé tal como estoy soñando ahora que estamos ustedes y yo en el mar, olvidando estrellas. Solos, completamente solos todos nosotros, como cirujanos expertos ante sendos cadáveres abiertos y frescos. Sofisticadamente desafiando la gravedad como en aquel cuadro surrealista de aquella pintora surrealista, de aquel museo sin discurso alguno, pero que disfruté tan inocentemente (aquí ustedes sonríen). Empecé a caminar para atrás rindiéndome ante la voz del otro lado de la línea, resplandeciente y cachondísima, tal como la de aquella aeromoza de Varig. Seguía sin tropezarme aún hasta que llegó el ignorante supremo y me dio una palmadita en el pecho. Iba a caer, pero empecé a cantarle una de She Wants Revenge y le callé el hocico.

La traductora de subtítulos al español de este cuento resultó ser amiga mía, una de las que me llevé a la cama el año pasado diciéndole que yo era fotógrafo. Ja, ja, ja, cómo le costó a ella traducir la anterior oración. Y el soundtrack pues imagínenselo ustedes, ¡no voy a ser yo siempre el encargado de la pinche música, carajo! De todos modos les sugeriré Vince Guaraldi, claro, reconocido por ustedes, neófitos, sólo por sus aderezos a aquel show infantil.

No en vano en este sueño carnavalesco soy yo el teatro, los actores, y el auditorio al mismo tiempo. Y ustedes mis profanadores amigos, los inadecuados coturnos que lejos de enaltecerme, me impiden cualquier catarsis y aún el mutis que necesito para morir en paz.

FIN

1 Comments:

At 7:18 PM, Blogger Unknown said...

Que bonito que recuerdes al Wero.

Vince Guaraldi, cómo tenía temas de Charlie Brown.

A mi siempre me gustó cómo tocaba la trompeta Wynton Marsalis...

 

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