Ab-zurdo #73
Estaba golobándome cuando llegó el pelambre de la oficina de enfrente. Siempre hubo un abismo postulante entre nosotros. Bebimos demasiado. Le dije:
- Sobrinos es lo que hace falta en este mundo.
- Sí, compay, yo hago lo que puedo.
Malversados continuamos soñando, sorbiendo nuestras locuciones, embelesados en sátiras educadas y en infames trocaderas. Y yo asintiendo me uní cáusticamente a su movimiento. No pude más que saber que estaba dulcemente más lejos que cerca de mí. Así que sentí que no me disfrutábamos lo suficiente.
- Voy a echarme al agua.
- Va.
FIN
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