Saturday, April 24, 2010

Ab-zurdo #115

Ab-zurdo #115 (éste debió haber sido el #113)

Nunca olvidaré ese día. Mi primo entró bruscamente a la casa, se detuvo un momento para dirigirme una mirada de fuego, y dijo: "ese malnacido lo va a pagar muy caro". Luego se dirigió con pasos firmes y respiración agitada hacia su cuarto. Yo no entendía muy bien lo que estaba pasando, pero le grité: "primo, no vayas a agarrar los chacos". "¡Cómo demonios no voy a agarrar los chacos!", replicó, y agarró los chacos.

Entonces se apoderó de mí un escalofrío que no he vuelto a sentir en mi vida, ni siquiera en situaciones tan peligrosas como la de Estelita. Continúo: mi primo salió con los chacos al hombro, y al ir por el pasillo, sin querer golpeó con uno de ellos el jarrón favorito de mi abuela, el cual cayó al suelo y se hizo añicos. Su furia aumentó aún más y maldijo el jarrón, a mi abuela, a mí y a su propia vida la cual calificó de “asquerosa y jodida”. Acto seguido asestó otro golpe, esta vez a propósito, al cuadro del abuelo. Salió de la casa dando diabólicas carcajadas.

Fue en aquel momento en que surgió una luz dentro de mí y me convertí en lo que soy ahora. Comprendí que la violencia es un cruel demonio que se apodera fácilmente de las personas, y que yo tenía que luchar contra él. Agradezco a Dios, y al difunto de mi primo el haberme hecho vivir ese pasaje tan terrible. A ustedes, queridos amigos, tan sólo les pido que me sigan apoyando en la defensa de los inocentes, como Estelita, aquí presente. Que su aplauso no sea para mí, sino para ella y toda su familia.

FIN

Monday, April 19, 2010

Ab-zurdo #114

Ab-zurdo #114

Por fin el taxi arrancó para sacarme de aquel sucio y maloliente lugar. Sólo tenía $25 y el conductor accedió a llevarme "hasta donde alcanzara".

Me extraña que me hayan dejado conservar mi mochila. Saqué de ella la foto de Sara, mi amor de la secundaria, y le pedí como a una santa que me diera fuerzas. En aquel sucio callejón lleno de proxenetas, había hecho el negocio de mi vida. Me intercambié por una prostituta. Siempre me han apasionado, y quería saber qué se siente. Yo, una persona tan culta, tan recta, tan preparada, quería ser puta.

Así que dejé mi cuerpo en aquel inmundo local, y salí ahora convertida en esto. Sin duda tendré sensaciones extraordinarias, y espero poder aprender cómo ser ramera. Mientras viajo en el taxi no puedo evitar examinar mis enormes tetas, ante la mirada de desconfianza del conductor. Recuerdo todo lo que pasó anteriormente a mi intercambio, pero... no recuerdo el momento en que me subí al taxi. No recuerdo si ya le pagué, pero al bajarme en esta esquina, el taxi se va. Empiezo a sentir todo mi cuerpo caliente. Me recojo el pelo y no sé por qué recuerdo el día en que me lo pinté. Busco algún dinero en la mochila. Me engaño a mí misma y pongo cara de estúpida. Se detiene un Camaro y me pregunta cuánto. Digo automáticamente $800. La mochila cae al suelo y yo me pregunto: ¿de quién es esta mochila?

Ya dentro del Camaro, trago saliva y me sabe todavía al alcohol que bebí ayer, de todo el día en el "Bodies"... Me pregunto por cuánto tiempo más ese callejón será mi hogar. Creo que soy mucha pieza para estar allí.

FIN

Ab-zurdo #113

Ab-zurdo #113

Estuvo esperando minutos que se le hicieron eternos. Por fin, el boticario le trajo el remedio, color escarlata. El mandril (bellísimo ejemplar por cierto) salió volado con su medicina, pero a pesar de sus zancadotas, viendo el reloj sabía que no alcanzaría a llegar a tiempo. Volteóse para ver su propia cola, ¡y qué alivio! Por fin le salió la hélice por el culito, y emprendió el vuelo.

FIN